Autorretrato

Pedro de Moya

Imagen

Fecha : mediados del siglo 17
Técnica : óleo sobre tela
Dimensión : 151 x 106 cm
Procedencia : legado Duffour-Dubergier, 1861
Número de inventario : Bx E 539
Exhibido
Crédito : F. Deval, ayuntamiento de Burdeos

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Transcripción del audio

Este autorretrato es una auténtica oda al oficio de pintor. Esta singular obra se la debemos a Pedro de Moya, un artista español del siglo XVII poco representado en los museos franceses. Formado por el pintor sevillano Juan del Castillo, al igual que su compatriota Murillo, Moya cruzó las fronteras de su país natal para perfeccionar su arte, y viajó en calidad de soldado a Flandes, donde se familiarizó con la pintura de Rubens y de Van Dyck, al que siguió hasta Londres. 
Engrandecido por estas experiencias, el pintor volvió a España, donde se especializó en la pintura religiosa. No cabe duda de que este autorretrato lo realizó a su regreso. Sentado frente a su caballete, sobre el que descansa un lienzo en blanco, Moya se gira hacia el espectador y lo invita a conocer en su taller. Listo para iniciar su composición, inspirada en los libros tirados por el suelo, sostiene en sus manos una paleta, unos pinceles y un tiento, que es el bastoncillo que los pintores utilizan para apoyar la mano que pinta. Tras el caballete, colocados sobre el escritorio, unos estudios, un compás y un portaplumas dan fe de las investigaciones realizadas para crear el lienzo. El molde de una antigua estatua de gladiador, descubierta a principios de siglo y admirada en toda Europa, sugiere que se dispone a pintar un cuadro de Historia. Al presentar así su desarrollo intelectual, Moya se suma al linaje de los artistas doctos que desde el Renacimiento ven la Pintura como un «arte liberal».

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